NUESTRA MIRADA

Defendemos un enfoque multidisciplinar. Teniendo como base la terapia Gestalt, nos nutrimos de todas aquellas disciplinas, enfoques y herramientas que puedan aporta luz al proceso. Algunas de ellas son la psicología, la medicina, el teatro, la danza, la arteterapia o la meditación.

Le damos especial importancia al trabajo desde el cuerpo, que ha demostrado ser indispensable para la mejora de algunos procesos. Por ello trabajamos con herramientas como EMDR o bioenergética.

Así mismo, consideramos la expresión artística, un canal muy poderoso a través del cuál emerja información de nuestro inconsciente.

Creemos en un espacio terapéutico seguro y cálido. Un espacio, por tanto, feminista, que sea seguro también para identidades disidentes u otras personas del colectivo LGTBQ+ con el objetivo de construir una realidad más amorosa y libre.

Por último, creemos en la importancia de volver a nuestras raíces y reconectar con la tierra y con la naturaleza, de la cuál somos parte.

Siempre me ha interesado entender cómo funciona el cuerpo y la mente humana. Por ello, decidí estudiar medicina. No tardé en darme cuenta de que la salud está muy mediada por el entorno en el que vivimos y me especialicé en medicina de familia y comunitaria buscando una manera más amplia de entender y acompañar la salud y los procesos de enfermar.

Paralelamente, me embarqué en un proceso de terapia, que me ayudó mucho a sanar viejas heridas, a entenderme mejor y a estar más en paz conmigo misma. Por ello, tuve claro que quería formarme como terapeuta Gestalt para poder aprender esta forma de hacer terapia que tanto me había ayudado, esperando poder ayudar así a mis pacientes, ya que en día a día de mi consulta de atención primaria veía como la gran mayoría de las personas que acudían, lo hacían movidas por un gran sufrimiento psíquico y emocional.

Así mismo, en mi empeño por trabajar no sólo la mente si no también el cuerpo, me acerqué a otras disciplinas que si bien, más lúdicas, me servían de fuente para el "darme cuenta" de cómo las experiencias iban imprimiendo su huella en el cuerpo. Y cómo la escucha de las sensaciones físicas, me traían información de bloqueos o estados emocionales. Por todo ello decidí incorporar también técnicas como la EMDR y aproximarme a la bioenergética y a técnicas de biodanza y de trabajo con el cuerpo y la imaginación.

Este recorrido me ha traído hasta aquí. Sólo puedo estar agradecida ya que este trabajo mantiene vivo mi afán por aprender y seguir formándome, pero sobre todo, porque aprendo cada día de las personas a las que acompaño, que son, sin duda, mis mejores maestras.

Desde niño, me he sentido cautivado por dos grandes cuestiones: quién soy y qué he venido a hacer en este mundo. Es decir, identidad y propósito. Y mí curiosidad, junto a la sed por sanar mis propias heridas, me llevo a cartografiar mi propia búsqueda en lugares como el teatro y la psicología.

El teatro me abrió la puerta a una forma más genuina de ser. Me mostró diferentes caminos de recuperación y me enseñó a habitar mis espacios, tanto internos como externos. Desde esta óptica, entiendo el arte como un vehículo de exploración con el que alcanzar aquellos lugares donde las palabras se quedan cortas. Una herramienta de trabajo poderosa que abraza la singularidad de cada una en la diversidad de todas. Enmarcando el proceso de la terapia en un entorno social, artístico, corporal y afectivo.

La psicología me ofreció un acercamiento más teórico. Me enseñó a mirar de forma más comprensiva, paciente y amable acerca de mis maneras de funcionar, tanto las certeras como las obsoletas. En ese viaje de autoconocimiento me formé como terapeuta Gestalt, ensanchando y estructurando esa manera de asomarme al mundo y hacerme hueco en él. La Gestalt ha marcado un punto de inflexión en mi vida que anhelo poder compartir con mis pacientes.

A día de hoy sigo esculpiendo la respuesta a esas dos grandes preguntas, aprendiendo de cada encuentro que mi oficio me brinda.

Daniel Teresa

Natalia Barahona

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