DEPRESIÓN

Caída en un pozo del que no vemos salida

A continuación te cuento qué es la depresión y cómo podríamos ayudarte. Si lo prefieres puedes contactar por teléfono o puedes escribirnos por aquí para que podamos orientarte de una forma más personal.

Cuando una persona está deprimida, es probable que se sienta triste o más bien con una sensación de vacío profundo. Desde este vacío, se hace muy difícil hacer cualquier actividad, o su realización no produce ningún tipo de placer. Hay una falta de motivación y una falta de ganas y es frecuente que la persona no sepa muy bien por qué le pasa esto. Es como caer en un pozo del que no vemos salida.

Ocurre también que les invaden pensamientos negativos, con respecto a sí, sus relaciones y el mundo en el que viven. Esto genera una sensación de impotencia o frustración por no poder sentirse de otra manera y aparece la desesperanza.

También es frecuente la incomprensión del entorno que a menudo no saben cómo actuar en estos momentos.

Por todo ello, la depresión puede sentirse como una carga pesada y abrumadora, pero es posible encontrar alivio. Es un pozo del que se puede salir.

Si te sientes así, es muy posible que no sepas si sacarás fuerzas para pedirnos ayuda, pero si consigues hacerlo, estaremos aquí dispuestos a ayudarte y te acompañaremos para ir dando los pasos necesarios para poder desprenderte de esta carga tan pesada y puedas ir encontrándote mejor.

Te contaré una historia...

Te contaré una historia, la de Luisa, que comienza como muchas otras: “Hola, me llamo Luisa y vengo porque no sé qué me pasa, me siento vacía y triste y no tengo ganas de hacer nada.”

Tras estos síntomas, comunes a muchas personas, hay una historia diferente detrás. Algo en esa historia ha dado lugar a mucho malestar (que a veces ha pasado desapercibido), que se traduce en un estrés para el cuerpo y que acaba agotando a nuestro sistema nervioso dando lugar a una depresión.

Llegados a este punto, es probable que necesitemos ayuda para entender que necesitamos descansar y ser pacientes para que el organismo vaya recuperando un poco de energía para poder ver qué es lo que ha causado que ahora estemos así.

Te cuento ahora sí, lo que había detrás de la historia de Luisa, pero también de la de Pablo, la de Gimena, la de Lina y la de Raquel.

Luisa era una mujer de 63 años, muy activa que había trabajado toda su vida y había conseguido un puesto bastante alto dentro del departamento de ventas de su empresa. Vivía con su marido, no tenía hijos y tenía una familia numerosa de hermanas y hermanos que la querían mucho. Su padre había muerto hace tres años y su madre sufría Alzheimer.

Fuimos desentrañando poco a poco y pudimos ver la carga tan pesada que llevaba a su espalda. Su marido hacía unos tres años, había sufrido un ICTUS y, aunque se había recuperado bastante, tenía secuelas cognitivas. A pesar de ello continuaba trabajando (lo que le venía bien para mantenerse activo mentalmente), pero la realidad era que era Luisa la que le hacía la mayor parte del trabajo, enviando mails y redactando documentos.

Por otro lado, la muerte de su padre hace tres años le había afectado mucho, ya que éste había sido un apoyo muy importante para ella. Ahora además, a pesar de ser muchos hermanos, ella era la que principalmente se ocupaba de su madre y sus hermanos tiraban mucho de ella para cualquier favor, ya que “como no tenía hijos”.

Sumado a esto, en su empresa, manejaba un volumen impresionante de trabajo.

Pudimos ver cómo todo eso le estaba pasando factura y como su sistema nervioso literalmente se había agotado.

Pablo hombre de 40 años, viene muy triste e irritable. Acude porque se enfada mucho por pequeñas cosas y no sabe qué le pasa, además se siente triste, cansado y sólo quiere estar tumbado y no sabe por qué. Pablo había vivido una situación de abuso en su infancia. Actualmente le habían cambiado de jefe en el trabajo y este no paraba de derivarle trabajo que él asumía por miedo a las represalias. Sentía enfado pero a la vez se sentía impotente, sensación que le trajo recuerdos de su infancia.

Raquel mujer 37 años, vive con su pareja. Actualmente no trabaja y se dedica más a las cosas de casa y a hacer ejercicio físico. Lleva así dos años, pero hace unos meses comienza a sentirse aplanada, triste y desenergetizada. No le hace ilusión nada y cada vez va a peor. Raquel vivía en un sitio donde no quería estar, había ido tomando decisiones en base a lo que su pareja necesitaba o sus padres querían o intentando vivir con lo mínimo para no gastar, ya que dependía de el dinero de su pareja. Se había olvidado de sí, de lo que ella necesitaba, de lo que ella deseaba.

Lina mujer de 30 años, tiene trabajo, muchas amistades y participa en varios proyectos sociales. Sin embargo, está muy triste y comienza a tener pensamientos negativos del tipo: nunca voy a ser feliz. En seguida, sale a la luz su anhelo de tener una pareja. Lina había intentado tener pareja varias veces, pero no consiguía que funcionase. Tuvo una pareja que ella dejó cuando tenía 22 años y no para de pensar en que no tenía que haberla dejado. Se siente culpable y piensa que sin él no será feliz. Lina tiene valores feministas y le daba vergüenza hablar de ello.

Quizás tu historia se parece a alguna de estas o sea totalmente diferente (son muchas las causas que pueden hacer que caigamos en una depresión). O quizás como Luisa, Pablo, Gimena o Raquel, de primeras no tengas ni idea de por qué te sientes así. Sin embargo, el organismo necesita tiempo, descanso y cuidado para recuperarse un poco y poder empezar a vislumbrar la parte de la historia que ahora mismo no estamos pudiendo ver.

Si este es tu caso, estaremos encantados de poder ayudarte y acompañarte en este proceso.


Gimena mujer de 38 años, vive con su marido e hijo, tiene un trabajo en el que está agusto y no entiende por qué, si tiene todo lo que quiere, se encuentra tan triste y angustiada. Tenía un duelo pendiente, pero siente vergüenza al hablar de ello. Cuando su hijo nació no pudo darle de mamar por problemas de salud. Era muy importante para ella y lo pasó mal, pero no lo compartió porque consideraba que había cosas más importantes. Se sintió muy sola. Ahora le ocurre lo mismo con su depresión y sufre por no poder hacer su vida con normalidad.

¿Hablamos y vemos cómo podemos ayudarte?